Estudio IdeaPaís: 31% de los jóvenes menores de 30 años fue padre o madre en 2022, la cifra más baja en los últimos 20 años

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12/06/2023


El centro de estudios IdeaPaís dio a conocer los resultados de su investigación Vulnerabilidad y padres adolescentes, que revisó siete ediciones de la Encuesta Nacional de Juventudes (2003-2022, Injuv) con foco en paternidad y maternidad adolescente.

Las cifras revelan que en 2022, 1.002.747 jóvenes menores de 30 años fueron padres o madres, lo que corresponde al 31% de la población de este grupo etario, transformándose en el menor porcentaje de jóvenes en los últimos 20 años.

Lo anterior va en línea con los registros del Ministerio de Salud (Minsal), que al menos entre 2009 y 2020 registró un descenso sostenido de la tasa de embarazo adolescente, bajando de 29 a 7,8 nacimientos por cada 1.000 mujeres de entre 10 y 19 años.

Sin embargo, IdeaPaís realiza un zoom sobre ese millón de personas menores de 30 años con hijos, y concluye que, al comparar ese grupo con el de 2018, aumentó la cantidad de jóvenes que declaró haber sido madre o padre antes de los 20 años, pasando del 36 al 44% y “revirtiendo una tendencia de 12 años a la baja”, dice en sus conclusiones.

El embarazo adolescente es un problema que afecta a la sociedad en general y “presenta una mayor incidencia en países no desarrollados y en vías de desarrollo”, plantea el centro de estudios. En la publicación, además, refiere a un informe del Banco Mundial (2022) para destacar que “Chile es el cuarto país de la OCDE con mayor natalidad adolescente, siendo superado sólo por Colombia, México, Costa Rica y Eslovaquia”.

Este es un problema a estudiar por “sus fuertes implicancias sociales”, pues “diversos estudios señalan que, para el caso de los padres, las consecuencias más relevantes se relacionan con un aumento en los estados de depresión, ansiedad y sentimientos de culpa, la profundización de situaciones de vulnerabilidad, y la perpetuación de desigualdad social y sanitaria”, dice.

El informe también refiere a un análisis de 2019, publicado en la Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología, que establece una asociación directa entre pobreza y fertilidad adolescente, lo que perpetuaría la pobreza intergeneracional y evitaría la movilidad social.

Asimismo, y de acuerdo a la Unicef (2017) -cita IdeaPaís- “las adolescentes madres interrumpen sus estudios y/o encuentran mayor dificultad para completarlos”.

Desde la perspectiva de los hijos, refiere el informe, estos presentan un mayor riesgo de maltrato prenatal, exposición a sufrir abandono y negligencia, y probabilidad de ingreso a hogares de menores.

El centro concluye que “se debe considerar que los sucesos de los últimos años, como la pandemia y el estallido social, pueden haber afectado de sobremanera a la población joven. La pérdida de espacios de socialización, formación y protección, como las escuelas, puede haber impulsado un aumento en la cantidad de embarazos adolescentes. El aumento en paternidad adolescente presenta importantes riesgos para jóvenes y niños, profundiza la vulnerabilidad y la desigualdad social, por lo que debe ser un foco prioritario del gobierno en los próximos años”.

Francisco Alessandri, investigador de IdeaPaís que lideró el estudio, señaló que esto “muestra que Chile presenta señales de retroceso al enfrentar el problema del embarazo adolescente y que aunque este problema ocurre en todos los sectores socioeconómicos, el alza es más fuerte en jóvenes egresados en colegios de enseñanza media”.

El ingeniero civil agrega que “identificar rápidamente esta alza puede permitirnos tomar acción antes de que la crisis se agrave y recuperar el buen camino que el país mostró durante la década de 2010. Para ello, generar sinergias entre padres, colegios y expertos en salud es necesario para la formación de los adolescentes y que cuenten con todo el apoyo necesario en las diferentes etapas de su vida”.

 

La visión del Minsal

Respecto al estudio de IdeaPaís, el jefe de la División de Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud, Fernando González, aclara que el aumento “es relativo” pues no considera el total de embarazos registrados en el país. De modo que no registra, por ejemplo, un eventual alza en el embarazo de mujeres mayores de 35 o 40 años.

“El estudio hace un análisis de padres bajo los 30 años. No describe el porcentaje de mujeres que se está embarazando sobre los 30 años, el que no está siendo representado. En esta muestra, de jóvenes y adulto-jóvenes que se embarazan, hay un aumento relativo del embarazo en personas menores de 20 años. Pero más que aumentar el embarazo adolescente, lo que baja es el embarazo en edad media, porque las tasas nacionales de embarazo adolescente han ido a la baja”, explica el médico cirujano con especialización en pediatría.

Y agrega: “Sí nos llama la atención que a partir de datos preliminares hemos observado un aumento de los embarazos en menores de 15 años, en comparación a lo observado en años anteriores, donde lo más probable es que la mayoría no sea planificado y sea en contexto de violación o abuso sexual. Ese embarazo ‘adolescente temprano’ es algo que queremos llevar a cero”.

González destaca del informe de IdeaPaís “cómo ha ido cambiando el perfil de las mujeres adolescentes y de edad media que se han embarazado, y que se concentran en el nivel socioeconómico más bajo”.

Lo anterior porque el informe también revisa el fenómeno por nivel socioeconómico, y sostiene que el aumento del porcentaje de jóvenes (menores de 30 años) que fueron padres antes de los 20 “se da tanto en hombres como mujeres egresados de colegios particulares pagados, particulares subvencionados, municipales, y en todos los niveles económicos”, indica el estudio.

Sin embargo, puntualiza, que el alza es mayor en sectores más vulnerables: en el nivel E, el 57% de los progenitores menores de 30 años tuvo su primer hijo durante la adolescencia, esto es, casi 20 puntos más que en el grupo C2 (38%).

Asimismo, el estudio arroja una brecha de acuerdo al colegio de egreso: “Al año 2022, la proporción de padres adolescentes era de un 46% en egresados de colegios municipales, comparado con un 38% de egresados de establecimientos particulares subvencionados y un 27% en el caso de los egresados de particulares pagados. Entre 2009 y 2018 las diferencias por tipo de colegio no eran significativas.

Además, el año pasado, el 60% del grupo de padres menores de 30 años no había terminado sus estudios; cifra similar a 2018 y 10% menor que hace una década.





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