La preocupación por la calidad de las aguas en los lagos del sur de Chile se intensifica a pocos días del inicio oficial del verano, luego de que autoridades y expertos señalaran que solo el Lago Villarrica y el Lago Llanquihue cuentan con monitoreo regular de su condición sanitaria, mientras otras importantes cuencas carecen de vigilancia permanente frente a riesgos de contaminación. 

Esto ocurre en un contexto marcado por la reciente declaración del Lago Vichuquén, en la Región del Maule, como zona de riesgo sanitario tras la detección de cianobacterias potencialmente peligrosas para la salud humana, lo que obligó a prohibir actividades recreativas en sus aguas. 

Monitoreo en Villarrica y Llanquihue

En el caso del Lago Villarrica, en la Región de La Araucanía, las autoridades locales y sectoriales esperan la firma del esperado Plan de Descontaminación (PDA) por parte del Presidente Gabriel Boric en los próximos días. El alcalde de Pucón, Sebastián Álvarez, afirmó que este documento pendiente —liberado desde 2022— es clave para fortalecer las medidas de gestión ambiental del lago. 

Por su parte, en el Lago Llanquihue, Región de Los Lagos, la iniciativa “Lago sin Huellas”, liderada por el municipio de Puerto Varas, busca monitorear y mitigar los focos puntuales de contaminación asociados a zonas urbanas de la cuenca. El alcalde Tomás Gárate aseguró que, aunque existen focos de contaminación, los esfuerzos se concentran en evitar que estos se expandan y afecten la salud pública y el turismo. 

Desafíos en otras cuencas lacustres

La alerta sanitaria en Vichuquén ha puesto de manifiesto una brecha en el monitoreo de las principales masas de agua del sur del país, donde muchas no cuentan con programas permanentes que evalúen parámetros clave como toxinas, bacterias o floraciones algales, elementos que se han reportado con frecuencia en estudios científicos recientes en cuerpos de agua como Llanquihue. 

Expertos advierten que sin un monitoreo sistemático y planes de acción claros, lagos populares para el turismo y el uso recreativo podrían enfrentar episodios similares de contaminación que ya han afectado otras zonas del país en años recientes.